Enrique Montiel -magnífico novelista y disertador, buen amigo- escribió la pasada semana, en su habitual y lúcida columna de Diario de Cádiz, un artículo dedicado al nacimiento del periódico SAN FERNANDO COFRADE. Me cita y me llama "inquieto y activo". Gracias, Enrique. Es necesario ser '"inquieto y activo" por el bien mismo y por el de San Fernando, ciudad a la que llevamos en nuestras entrañas. Aquí dejo el enlace al artículo : http://www.diariodecadiz.es/article/opinion/553310/cofrades.html
Tus palabras son halagadoras y, de corazón te digo, como a muchos otros que me han mostrado su felicitación, que todos me habéis hecho sentirme querido en aquella extraordinaria noche del 30 de octubre y en estos posteriores días. Mi responsabilidad es que nuestro SAN FERNANDO COFRADE se convierta en referente y orgullo de la ciudad. Por cierto, Enrique, ¿te has fijado que es el único medio de comunicación en el que figura el nombre de La Isla en su cabecera? Lo que debe vender eso, y no me refiero a ejemplares, sino a promoción. Y tampoco lo menciono respecto al periódico, sino en general,...
Como todo no van a ser parabienes porque en este mundo hay mucho chufla suelto, alguno que otro que no tiene necesidad ninguna de meterse en berenjenales y ganarse enemigos porque ya tiene bastantes, va diciendo por ahí que no le augura "mucho futuro" a SAN FERNANDO COFRADE. Ni me inmuta viniendo del cretino que viene. No tengo ninguna gana de entrar en polémica y no lo haré manchando el medio de comunicación que dirijo, pero como el blog es un gran cajón de sastre donde todo cabe -sonreid, joder, que esto es sólo internet y a mí me leen cuatro gatos-, aquí no voy a dejar pasar ni una. Arroz amargo es un excelente lugar para practicar el desfogue onanístico contra los gilipollas envidiosos, agoreros amargados, quasicompañeros de profesión -los peores- o, simplemente, lo que son: mala gente. Así que te voy a decir algo clarito: yo de ti me preocupaba más por el futuro del medio en el que escribes que por el mío, que ese sí que le pueden quedar dos telediarios por mucho maquillaje que se le ponga al fiambre, y francamente ni lo sé ni me interesa en absoluto cuándo cerrará tu jefe el kiosco. Pero el mío déjalo en paz, no vaya a ser que tengas que venir a pedir currelo dentro de un par de meses. No sería nada nuevo, ya lo he vivido en otros sitios, gallitos sin que nadie les dé vela en este nacimiento (el entierro lo dejamos para dentro de poco, y no será el mío), criticones por las calles con miradas por encima del hombro y después por lo bajinis pidiendo un trabajito, aunque sea colaborando, en lo que tanto esfuerzo he puesto y que tratas de enmierdar. Eso es, además de todo un ejemplo de envidia, de ser torpe de cojones. ¿O vas a hacer un gratuito semanasantero? Pillín... Anda, que te vaya bonito.
Siento haber fastidiado el edulcoramiento del inicio de mi comentario de hoy. Enrique no se lo merece, pero él sabe mucho de imbéciles envidiosos. Y aunque yo sigo adelante sin despeinarme, de vez en cuando hay que decir las cosas claritas a algún listo como el pseudoperiodista agorero, que junto con otros estará hartito de almax cada vez que ve en los medios algo del golpe de autoridad dado el 30 de octubre de 2009 en la bodega de mi amigo Paco, en Casa La Guardia. En los medios que lee o ve la gente, que son los que me interesan. Hoy miércoles viene ITV a grabar cómo se hace el periódico, va a tomar imágenes del cierre. Cuando me digan el día que lo emiten, te informo si quieres para que te joda aún más, ¿vale?
La foto es emotiva: Enrique Montiel y José Carlos Férnández Moreno en la presentación de SAN FERNANDO COFRADE.
al final el agorero se va a llevar la tragantá que le debiste dar en su momento.... jajaja y con un "por mí primero y por to mis compañeros"... como cuando eramos chicos... jajaja
ResponderEliminarHay más de un agorero, hay tragantás con puño y letra para repartir, amigo...
ResponderEliminarTe leo de vez en cuando, de vez en cuando te quedas a gustito, pero los que no estamos en tu onda no sabemos de quién hablas. Sé quien es Enrique Montiel, pero ¿quién es el otro del que hablas?
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