
Resulta que hablar de la represión que todos sabemos existe en China y de lo alucinados que están nuestros representantes ante los disparates que están observando e incluso viviendo es "hacer política", no proclamar que no existen los derechos humanos en esta ingente cueva de dictadorzuelos uniformados. Afirmar que no se respetan las mínimas libertades y que se tortura no es hacer política, sino reivindicar la indefectible y básica dignidad de la que deben disfrutar los seres humanos como así lo estipula sin titubeos la Declaración Universal.
Quizás alguna cabeza pensante ha creído que los JJOO puedan servir como acicate para abrir China al mundo, incluso por la 'fuerza pacífica' del peso de tanta 'libertad' presente en estos días. Hay que ser ingenuo, porque ese puro no arde por ahí. Por lo tanto, alguien debería explicar cómo se va a celebrar en escasas horas el inicio de un acontecimiento universal y deportivo, cuyo cometido desde sus orígenes es el de unir a los pueblos en democracia y en igualdad de condiciones como así sucede en las pruebas de los atletas, en un país que practica la represión, millones de habitantes pasan hambre y existe una escandalosa explotación laboral refrendada, eso sí, por la vista gorda que hace Europa y Estados Unidos, cuyo presidente asegura que acudirá a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos "porque soy deportista y no voy a mezclar la política con el deporte". ¿Será cretino, el tío?
¿Cretino? No, hombre, no. Todo el mundo sabe que Bush es un gran especialista en eso de dar patadas en las "pelotas" y en intentar que todos pasemos por el aro (¿o es por el tubo?). En este sentido, es deportista de élite.
ResponderEliminarAdemás, tú ya lo sabes, el deporte de competición es un arma política y social fantástica: control, control, control...
Por otro lado, a mi siempre me ha parecido un poco dictatorial eso de la venta/compra de jugadores, ya que provoca - además de otras cosas - que los clubes pequeños siempre sean pequeños, mientras que los grandes son cada vez más grandes.
Y, por último, la contaminación: ¡Qué mal rollo!
Los clubes de fútbol pequeños...Ay, Mar, quién le pone el cascabel al gato. Y no al mío, precisamente. Sólo en la provincia gaditana todo el mundo mira hacia otro lado a la hora de buscar soluciones a lo que se veía venir hace años: clubes arruinados dependientes de un dueño. Portuense, San Fernando, Xerez,... A estrujar la teta pública para mantenerlos.
ResponderEliminar