Los templos acogen un inusual trasiego. Los bancos han sido cambiados de lugar, las naves despejadas, los Cristos y Vírgenes nos contemplan desde las atalayas de sus pasos en lugar de hacerlo en sus habituales capillas...
Algún cura algo cascabarrias se dirige hacia un joven, con dedo indicador, hacia un punto del marmóreo suelo parroquial, para decirle que hay una mancha de cera desde anoche y aún sigue allí; entre oraciones musitadas por los labios pero gritadas con el corazón, se escapa un golpe de martillo del interior de un paso donde ni siquiera nos habíamos percatado que había una persona tras los faldones, atareada y en silencio. Sólo adivinamos una extraña luz entre los respiraderos, una vulgar bombilla que cuelga entre los palos que acogerán decenas de espaldas costaleras.
Si apuramos las horas veremos entrar a varios chavales con cubos rebosantes de claveles, lirios y cajas alargadas de alambres. Se dirigen a la sacristía para iniciar una labor de horas mientras el mayordomo vigila atentamente la alineación de la candelería. Todos tratan de hacer cumplir aquella saeta: "Que no se mueva un clavel; que no roce un varal...".
Las noches se pasan a piola entre la iglesia y la casa hermandad entre sones cofradieros de Soleá dame la mano, Amargura, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia o Estrella Sublime. Una chica recién llegada al Grupo Joven sube la calle Marconi desde San Dimas llevando a duras penas un cirial. Lo hace con la ilusión reflejada en su rostro, como un acto íntimo que trata de disimular, sonrojándose, cuando se cruza conmigo y se intimida. Me ve ya tan mayor...
Jesús Noriega aún no ha aparecido, pero lo hará con las jarras del palio cuando menos lo esperes. Tres hermanos mayores que tuvo la hermandad en otros tiempos ya han venido, con su mujer y algunos de sus hijos, para contemplar, con renovada ilusión y cumpliendo un ritual, cómo se cumple, un año más, el milagro del montaje de los pasos de su hermandad.
Viernes de Dolores. Ya están las iglesias isleñas con un desordenado orden. Ya están aguardando las andas de Columna, Cristo Rey, Humildad y Paciencia, Estudiantes, La Pastora acoge esta tarde el imponente paso de Jesús del Ecce Homo,... En Sevilla ya hay mareas de fieles, curiosos, gente de su barrio o foráneos que admiran los pasos de Macarena, San Vicente, la Estrella, Los Panaderos,... En algunos pasos ya se ha comenzado a enfilar el friso de claveles. Ya huele a flor cofradiera. Ya huele a Semana Santa.
(Fotos del montaje: JCF)
.... y qué bien huele!!!!
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