Decía una agrupación carnavalesca en sus letras hace algunos días que los calcetines de raquetas se están perdiendo. Cuánta razón lleva.
Me siento muy compungido por esta circunstancia. Los calcetines blancos de antaño los lucíamos en nuestras piernas durante la gimnasia en el colegio como si lleváramos las medias nike del Barsa, y los dos modelos fundamentales vienen corriendo serio peligro de desaparecer. Al calcetín blanco le colocó algún diseñador vanguardista dos líneas, una roja y otra azul, haciendo un elegante juego de colores gabachos que ni el mismo McEnroe llevaba.
Las dos rayitas evolucionaron a la modernidad del dibujito, y aunque siempre han permanecido como residuales, dio lugar al calcetín de raquetas. Aquello fue una revolución. Yo tengo aún mis preservativos de pies arraquetados, si alguien lo duda aquí está la foto. Los uso para dormir, claro, o después del pediluvio nocturno para estar en el sofá ‘derramao’ varias horas viendo la tele, nada de hacer deporte, que eso es muy malo. Pero me resistí a tirarlos a la basura y ahora los considero como extensiones de mis pies, como elementos fundamentales de mi hogar, trato que no saquen pelusas para evitar su erosión y los lavo a mano cuando puedo para su mejor conservación. Si se sale algún hilito, los vuelvo a coser o si no tiene remedio, los corto con primor. Pero los calcetines de raquetas no pueden perderse. Si hace frío y me pongo dos pares de calcetines para dormir, de manera que no te dejen mover los deditos siquiera, las raquetas siempre están sobre los otros anónimos calcetines, prevaleciendo, en lugar privilegiado…
No podemos permitir que los calcetines de raquetas corran la misma suerte que los bañadores meyba, el zinzano, la mirinda, el Seat Ritmo –preferentemente color butano-, las muñecas de Marín (que por cierto, esta Navidad sufrí un Belén en Jerez en el que se podían ver dos ejemplares vestidos de bodegueros (¡!) o las cintas de video beta. Desempolvad vuestros cajones y armarios y buscad afanosamente en bolsas perdidas de ropa antigua. Cuando menos lo esperes, aparecerá el calcetín de raqueta, y dadle el lugar que se merece, por historia y tronío.
¡¡¡Cuántos paquetes de Ducados o de Record cobijaron esos calcetines bajo los pantalones vaqueros pitillos!!!
ResponderEliminar¡¡Cuánto gaditanismo rezumaron por las calles de Cádiz envolviendo los pies de algún manigueta de cualquier paso gaditano con sus zapatos negros (también llamados mocasines) con sus dos borlitas y su túnica corta!!
Fdo: Mauri.
Genial tu entrada!!! Estamos unos amigos en casa de copas y nos hemos puesto a hablar de los calcetines de raquetas. Aun nos estamos partiendo de risa. Enhorabuena!!!
ResponderEliminarIvancete!!!
Me alegro mucho, de eso se trata. Y VIVAN LOS CALCETINES DE RAQUETAS.
ResponderEliminarLos calcetines antiguos eran mas largos que los actuales pero eran pesimos no se sabia por donde ponerselo pues eran planos. que bueno que la tecnologia a mejorado y ahora se aprecia bien donde esta el talon y asi es mas facil ponerse las medias
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