viernes, 28 de diciembre de 2007

"El Espectrum"

El 28 de diciembre de 1983, y tras alguna paliza verbal continuada y estratégica, mi padre me llevó a la tienda Difesa (qué isleñismo de compra) para que Pedro Pérez nos vendiera algo que yo venía ansiando desde meses atrás: el ordenador ZX Spectrum. Apenas un año y medio antes había salido al mercado. Por aquella época no sólo no había cds ni móviles, sino que ni siquiera apenas ordenadores personales, piezas hoy día tan comunes en todos los hogares del mundo. Si me llegan a decir que en apenas veinte años existiría internet, probablemente le diría al sujeto que dejara la droga...

Los precursores de "El Espectrum", que era como lo llamaba todo el mundo, eran los ZX80 y ZX81, dos microordenadores para como mucho jugar al tenis con dos palitos y... atención: 1 K de memoria RAM. Posteriormente salió el famoso ordenador de teclas de goma con los colores del arcoiris esquinados, pero de 16 K. Y llegó el aluvión de juegos. Fijaos lo que se podía hacer con 16 K de RAM, la insignificancia que es hoy día. Hasta que apareció el 48 K. Ese ordenador cambió mi vida, de verdad. Nos lo compramos casi a la vez Juan Ramón, Kike y yo, los tres colegas de aquellas fechas, y cambiamos nuestros paseos isleños por la calle Real para encerrarnos en casa de mi abuela o el cuarto de la azotea de Kike desde las cuatro de la tarde hasta las tres de la mañana de cada sábado o día que tuviéramos ocasión, al principio para jugar a títulos tan conocidos para los que vivieron aquella época como el Death Chase, el Match Point o el Manic Miner. ¿Quién no recuerda el jueguecito del muñeco que pasaba fases surrealistas con bichos extraños y que se parecía al osito del logo de Bimbo? En la foto de hoy tenéis una de sus pantallas...

Cambiamos casi todo por el ZX Spectrum hasta convertirnos en canallas. Primero, coleccionista de juegos pirateados y grabados en aquellos cassettes tan lentos y que en más de una ocasión no copiaban bien los baudios; después, en desprotegedores de los programas que ya venían con anticopiador para que los piratas no hicieran estragos, pero de aprender a pasar pantallas pasamos a destripar el código máquina con el que estaban hechos y a eliminar cualquier obstáculo para dejar cada juego copiable... y vendible en cintas en la tienda Herbe, donde tuvimos la desfachatez de colocar un cartel pintado por un amigo con un dibujo de un pirata que en lugar de un garfio en su mano tenía ¡un joystick! y en la parte superior se leía "Se venden juegos de ZX Spectrum". La X eran dos huesos de calavera. No fuimos a la cárcel de milagro, pero nos ganamos algunas pesetillas para ir al cine y esas cosas vendiendo los juegos a los que además les colocábamos pantallas de nuestra cosecha mientras se cargaban en las que se leía "Desprotegido por Sirius/JCRK". Sirius fue el nombre elegido para nuestro grupo de adolescentes avispados. Copó nuestra vida de fines de semana y entresemana hablando en el colegio sólo de juegos y programas durante más de tres años. Tanto fue así que la revista Microhobby publicó que la FAP (Federación Antipiratería) perseguía a determinados grupos "como Sirius" en España... Glup. Debieron pensar que era una organización estructurada cuando en realidad éramos tres adolescentes barrillosos ensimismados por una máquina.

Habíamos llegado muy lejos, juegos 'tocados' por nosotros se podían encontrar en Zaragoza, Zamora,... Tengo una foto de nuestro cuartel general rodeado de cintas, carteles, dos de nuestros ordenadores que los uníamos y nuestras caras de adolescentes pillos. Está en papel, tengo que pasarla a digital para colgarla. Aquello fue como Pink Floyd con los egos, valga la comparación, surgieron desavenencias propias de la edad y yo desprotegí por mi cuenta en el último año de Sirius, no usando desde entonces el nombre del grupo en las pantallas y colocando "Desprotegido por JCF", mientras que mis dos compañeros disponían un asterisco en la frase "Desprotegido por Sirius/JCRK*", que como todo el mundo sabe en matemáticas significa que falta un componente en un conjunto. Cosas de chavales. Éramos precoces en unas cosas pero sin dejar de ser niños en la mayoría.

Al ZX Spectrum le salieron hermanos mayores, el +2 con cassette incorporado que yo adquirí y el QL. Los avances que desde entonces experimentó la informática acabaron por dejar desfasado a Sir Clive Sinclair, el inventor de la máquina de juegos y de Basic más famosa del mundo, y que sirvió para que nos introdujéramos en el mundo de la naciente informática, a pesar de que yo era de letras. Hoy día existen webs en las que puedes jugar a los miles de juegos del ZX Spectrum, te recomiendo www.worldofspectrum.org, y podréis además comprobar, para los que no conocísteis aquellos tiempos primitivos para estos temas, la evolución experimentada en estos 25 años.

Vaya mi cariño y admiración por compañías como Ultimate y sus Sabre Wulf, Knight Lore, Atic Atac,... o Psion con su Match Point y Checkered Flag, y Ocean con su Stonkers, su Match Day o Decathlon y la española Dinamic con sus West Bank, Sgrizam y Olé Toro. Tuvimos el honor de conocer a uno de sus programadores, porque era nada menos que un joven del instituto Wenceslao Benítez, de San Fernando y nos pasaba los juegos antes de comercializarse.

2 comentarios:

  1. Ole qué grande... :-D. Yo ya llegué tarde a la fiebre de los 8 bits. Acumulaba una Micromanía tras otra, empapándome de conceptos tales como pokes, cargadores... :-DDDD

    Finalmente, para cuando me pude comprar un ordenador, ya estaba de moda el Amstrad PC 1512 SD, con lo que subí directamente de nivel... :-)

    Pero hay que reconocer que tenían su encanto.

    Felices Fiestas.

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  2. Los pokes nos solucionaban la vida para llegar al final de la mayoría de los juegos...
    Un cordial saludo y feliz 2008.

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