A Silvana Mangano la pusieron a recoger arroz como una loca. Tenía su pelo enmarañado y en aquella fotografía a sangre en una página de la enciclopedia de Román Gubern que conservo como mi primera biblia del cine estaba realmente esplendorosa a pesar de las greñas. Quién iba a percatarse de lo desordenado de su cabello si su mirada se dirigía de manera penetrante hacia la derecha donde ya no había libro, sus piernas estaban colocadas tan medidamente como las de Yul Brinner por Cecil B de Mille años después, aunque evidentemente no tan bellas como las de la protagonista de Ojos Negros (qué gran obra crepuscular), y sus curvas desdibujaban una camisa estrecha oscura manchada de manera estratégica...
Aquel filme de Giuseppe de Santis se llamaba Arroz Amargo. Es uno de los nombres más bellos del toda la historia del cine. Real como la vida misma y aplicable a todos los campos. Por eso me pareció un título acertadísimo para el blog que hoy, 7 de enero de 2007, acabo de inaugurar.
Arroz amargo que nos hacen introducirnos en la boca en numerosos momentos de nuestra vida. Pero lo que en este apartado se refleje también se convertirán en cucharadas que harán cambiar el semblante a más de un cabroncete de esos que nos rodean. No vivo remordido por el rencor, aunque lo parezca: vivo enervado por la injusticia, por los que permiten cada día las máscaras de quienes hacen daño, por los catetos que explotan a la gente con el aval que les da tener dinero, por los que no son consecuentes y por los ingratos. Lo decía Pérez Galdós en boca de uno de sus personajes más admirables, el marqués don Rodrigo de Arista: "La villanía se perdona; la ingratitud, jamás".
Sumémosle a todo ello el cine. Aún recuerdo aquel 15 de septiembre de 1989, cuando por vez primera tuve a mi cargo el programa cinematográfico Último Estreno en Radio La Isla, la emisora de la localidad gaditana de San Fernando, que durante tantos años fue punto de referencia en todos sus aspectos y ahora es todo un ejemplo de producto destrozado por un usurero paleto y cebollero. Fueron 16 años de crecimiento, de festivales en Sitges, Málaga, San Sebastián,... de retransmisión de los Oscar, de entrevistas inolvidables, de colaboradores impensables en los albores de mi carrera (Carlos Pumares, gracias por todo...). El cine ha formado parte de mí siempre y he escrito cientos y cientos de artículos y páginas. Jamás les perdonaré que no llegara más lejos en este ámbito por obstaculizarme mi trabajo, por no cuidar mi programa en esa emisora, por menospreciarlo, por no valorar lo que se hacía, por ni siquiera decirme gracias al abandonar ya por hastío al enarbolar la bandera blanca a lo que te obliga la inanición...
Pero de todo ello hablaremos aquí. Y de los medios de comunicación. De la prensa. Fíjense la oferta de radios, periódicos y tv´s a mediados de los ochenta. Y ahora hay un amplio abanico donde escoger. En teoría, claro. Ya lo analizaremos...
Salud a todos y gracias por leer.
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